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El chemsex, una práctica de riesgo

El chemsex, el uso de drogas para prolongar y potenciar las experiencias sexuales, es un fenómeno en aumento que conlleva graves riesgos para la salud. En esta entrevista, a Efrén Jiménez, director de Forum Salud Mental Granada y especialista en adicciones, nos ofrece una visión detallada sobre este problema y los enfoques terapéuticos disponibles.

El Chemsex y sus Consecuencias:

«El chemsex combina el uso de sustancias como metanfetaminas, mefedrona o GHB con la actividad sexual, lo que aumenta significativamente los riesgos de salud mental y física. Las drogas utilizadas en el chemsex pueden causar paranoia, ansiedad, depresión y brotes psicóticos. Físicamente, aumentan el riesgo de enfermedades de transmisión sexual, infecciones, y problemas cardíacos y neurológicos.»

Riesgos Asociados al Chemsex

Salud Mental:

El uso de drogas en el chemsex puede provocar trastornos mentales graves, incluyendo:

  1. Paranoia: Una desconfianza extrema y sin fundamento hacia los demás.
  2. Ansiedad y Depresión: Aumento de sentimientos de preocupación, miedo y tristeza.
  3. Brotes Psicóticos: Episodios de pérdida de contacto con la realidad.

Salud Física:

Los efectos físicos del chemsex pueden ser devastadores, incluyendo:

  1. Riesgo de Sobredosis: El uso de múltiples drogas simultáneamente aumenta la probabilidad de sobredosis.
  2. Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS): El uso de drogas puede llevar a prácticas sexuales de alto riesgo, incrementando la probabilidad de contraer ETS como el VIH y la hepatitis C.
  3. Infecciones: Compartir agujas y otros equipos puede resultar en infecciones graves.
  4. Problemas Cardiovasculares: Las drogas estimulantes pueden causar daño al corazón y aumentar el riesgo de infartos y otros problemas cardíacos.
  5. Daño Neurológico: Las sustancias como la metanfetamina pueden causar daño cerebral, afectando la memoria y otras funciones cognitivas.

Abordaje:

El tratamiento para el chemsex incluye:

Desintoxicación: Proceso supervisado médicamente para eliminar las sustancias del cuerpo de manera segura
Deshabituación: Supone la sustitución de los hábitos adquiridos durante el desarrollo de la enfermedad de adicción por nuevas conductas compatibles con la vida abstinente.
Rehabilitación: Pretende recuperar y conseguir las habilidades perdidas o no desarrolladas.
Reinserción: Lograr  la construcción de una vida totalmente normalizada, gracias a las pautas progresivas de reinserción en los ámbitos personales. Estas dos últimas fases se desarrollan a nivel ambulatorio, asistiendo periódicamente a terapias de grupo y de referencia.

Efrén Jiménez enfatiza la importancia de un enfoque personalizado y multidisciplinario: «Cada paciente tiene una historia única y necesita un plan de tratamiento adaptado a sus necesidades específicas. Trabajamos en estrecha colaboración con otros profesionales de la salud para ofrecer un tratamiento integral.»

La lucha contra el chemsex requiere una comprensión profunda de las complejidades de esta adicción y un compromiso constante con el bienestar de los pacientes. Los esfuerzos combinados de desintoxicación, terapia y apoyo de grupo son esenciales para una recuperación exitosa.